Monte perdido Extrem. Preparativos y primera jornada de ruta.

Hace ya un par de años que hicimos esta ruta y siempre he tenido ganas de narrar nuestras peripecias, pero nunca he tenido tiempo o ganas, pero ya es hora.

Estaba previsto que hiciéramos la ruta en junio de 2015, ya estaba todo reservado y listo para marcharnos cuando el miedo al mal tiempo nos hizo aplazarlo al mes de agosto, aunque de los tres integrantes iniciales uno se cayo.   Así que tras muchos preparativos y compras de última hora de materiales que consideramos que nos podrían hacer falta, preparar y organizar las mochilas y pesarlas  para que estuvieran todo a mano y que no nos hiciera daño en nuestras espaldas, partimos desde Sevilla a Bielsa, con escala en el bonito e histórico pueblo de Medinaceli.   

Llegamos a Bielsa por la tarde casi con la hora justa, y acudimos a la tienda de Monte Perdido Extrem, donde tras presentarnos, nos informaron de la ruta, sus caracteriscias particulares y nos proporcionaron los planos para la ruta, el track ya lo llevábamos en nuestro GPS, y tras cenar pasamos la noche en un a pensión y a la mañana siguiente bien tempranito, partimos hacia el refugio de Pineta, desde donde partía la primera etapa y allí dejamos nuestro coche, para que nos esperara hasta la vuelta. 

Comenzamos pronto, como decía, y siguiendo el track este nos metía a través del río, lo cual no era muy aconsejable para nosotros por el riesgo que entrañaba de torceduras y mojadas , y no queríamos eso al principio del camino, así que nos desviamos un poco y continuamos por la carretera del parador, hasta el aparcamiento del parque y desde allí comenzó nuestra ascensión, primero rodeados por altos árboles y arroyos, posteriormente por matorrales y cascadas espectaculares, nuestro primer reto en la ascensión era alcanzar el famoso Balcón de Pineta,  imaginábamos que sería espectacular pero no sabíamos cuanto. El camino ascendía en un sinuoso e interminable  zig zag que tardamos aproximadamente unas 2 horas en ascender, con nuestras paradas para reponer fuerzas, disfrutar de las increíbles vistas al valle y tomar las fotos de rigor. 



Al alcanzar el Balcón de Pineta, las vistas son simplemente abrumadoras, a la derecha el collado de Añisclo, por detrás el Monte Perdido y muy cerquita el lago de Marboré. En este encantador lugar aprovechamos para hacer un merecido descanso en el camino y reponer fuerzas.  Nos llamó mucho la atención la gran cantidad de "paseantes" que había por la zona,  pero por fortuna se quedaban ahí. 




Tras el descanso para almorzar, continuamos nuestra ruta entre grandes piedras y observando lo poco que quedaba del glacial de Monte Perdido y lo seco que estaba el lago que había a sus pies que confundimos con Marboré, pero al poco tiempo salimos de nuestra confusión, al llegar al verdadero Marboré y contemplar como se alzaba frente a nosotros con gran majestuosidad el paso de Tucarroya, con su refugio, una imponente pared puntiaguda con una estrecha brecha que da paso a Francia.



Para llegar a este punto tuvimos que rodear el lago, que realmente en un embalse de aprovechamiento eléctrico ya en desuso, y tras un nuevo ascenso en zigzag por la parte soleada del paso llegamos al paso y su refugio a caballo entre España y Francia, y en el que las vistas, simplemente encogían el alma, allí tomamos otro pequeño descanso y retomamos nuestra marcha hacia el refugio de Espuguettes,  aquí ya comenzamos a notar que nos iba a faltar el agua.



El descenso hacia Francia desde el paso de Tucarroya,  al estar en zona sombría y apenas recibir sol,  tenía la tierra muy suelta y húmeda con grandes piedras que se desprendían y que obligaban a extremar las precauciones en este tramo pues podía resultar peligroso para los que teníamos debajo. Así que con mucho cuidado y algún que otro grito de "pieeeedraa"  conseguimos descender y continuar la ruta. Nos la prometimos muy felices, pues ya habíamos superado el techo de la etapa y pensábamos que ya todo era bajada hasta Espuguettes, pero no era así.




Ya casi al limite de nuestras fuerzas observamos con desasosiego, que nos quedaba otra ascensión, con un desnivel de unos 300 o 400 metros, que era más o menos lo que habíamos descendido desde el paso de Tucarroya, subida que tuvimos que afrontar con calor y falta de agua, pues se nos había terminado. Así que con determinación y ganas continuamos la ascensión, y tras coronar el puerto, por fin pudimos observar el refugio Espuguettes, ahora nos quedaba un largo e interminable descenso, pues había un descenso muy largo hasta el refugio que hicimos a marchas forzadas, pues se acercaba la hora de la cena,  mientras algunas ovejas nos observaban curiosas.

Al acercarnos al refugio, ya se escuchaba al algarabía y se notaba el ajetreo de los que ya se encontraban allí para la cena. Tras presentarnos al guarda y asearnos un poco, nos marchamos a cenar en un gran ambiente de camaradería.  Tras lo cual y tras una tertulia de sobremesa con otros compañeros de ruta nos marchamos a los dormitorios para descansar y reponer fuerzas para lo que nos reservaba la segunda jornada.

Reconozco que en algunos momentos me sentí como en esta escena de la película de Conan el Bárbaro y que el ritmo de su música me acompañó   (a partir del minuto 1:13).

Además de las fotos y para que os podáis hacer una mejor idea, os dejo el detalle de la etapa en números. Nosotros empleamos 9 horas aproximadamente incluyendo los descansos.

ETAPA 1:
Pineta – Espuguettes
Tiempo: 6 -10 horas. Distancia: 17 km.
Desnivel positivo: 1.900 m.
Desnivel negativo: 700 m.
















las ascensiones que realizamos.

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