Torrecilla Infernal, Maldición Vencida.

El pasado día 20 de Febrero, quedará para la historia de los Marca Acme, por fin, tras varios intentos fallidos, pudimos completar y coronar el Torrecilla y no porque nos lo pusiera facil, más bien al contrario, con un temporal de viento y mucha nieve en la cumbre nos puso la cosa bastante complicada.

La ruta comenzó la noche antes, cuando partimos desde Sevilla, hacia el camping Sierra de las Nieves de Yunquera, a donde llegamos tras más de 2 horas de viaje, por dejarnos aconsejar para ir por  Osuna en lugar de Ronda. Una vez llegamos al Camping, donde nos trataron excelentemente y nos informaron que debido a las lluvias caida esa noche había desaparecido gran cantidad de nueve. Nos alojamos en las cabañas que tienen instladas, las cuales disponen de unas buenas camas pero de unos ajustes bastante regulares lo que unido al frío que hizó esa noche, pareciera que estuvieramos durmiendo en congelador, suerte que llevabamos los sacos de plumas y no sentimos ese frio glacial, a diferencia de otros. 
La joranda comenzó temprano y tras un rápido desayuno tomamos el coche y nos fuimos hacia el mirador "Luis Ceballos", punto de inicio de nuestra ruta y así tras unirnos al resto del grupo y comprobar nuestras pertenencias iniciamos la marcha internandonos en el mayor pinsapar de andalucia y ganando altura por el bosque paulatinamente, pudiendo disfrutar en pocos claros de unas vistas espectaculares, con el día despejado y una suave brisa (que poco nos iba a durar). 

Una vez llegamos a la zona del paso de cadenas, el cielo comenzó a nublarse y nos visitó la niebla, que ya practicamete no nos abandonaría hasta que perdiesemos altura de nuevo.  Pasadas las cadenas, comenzó a aparecer gradualmente la nieve y fuerte viento, con rachas capaces de zarandearte y casi dejarte caer, lo que hizó más penoso el avanzar y nos obligó a cubirnos para no sufrir el viento en nuestros oidos.  También pasamos cerca de varias simas, cuyos accesos estaban debidamente vayados, aunque se echaba de menos un cartel informativo al menos.





 



El paisaje parecía fantasmagórico, por la niebla y el blanquecino del suelo y así como fantasmas continuamos nuestra marcha hasta llegar al inicio de la subida al pico, con un camino casi impracticable debido a las pisadas de nos habían precedido esa mañana y que habían pisoteadola nieve, convirtiendola en un gel muy deslizante, así que iniciamos con cuidado nuestra ascensión comprobando el terreno con los bastones y tomando posturas cuasi imposible con las piernas. 









Finalmente y tras mucho esfuerzo y más cuidado, por las condiciones meterológicas adversas, conseguimos llegar a la cumbre del Torrecilla para romper así la maldición, aunque no del todo, pues la niebla nos impidió disfrutar de cualquier posible vista del paisaje y el viento nos obligó a tomar las fotos de rigor con prisas.  Asi que tras unas fotos rápidas tras haber coronado la montaña, comenzando nuestro descenso, con mas cuidado aún que en la subida debido al mal estado del sendero, lo que ocasionó más de una caida y nos obligó finalmente a que nos hicieramos nostros nuestro propio camino trochando por la nieve.











Una vez conseguimos llegar abajo nos guarecimos en una pequeña cueva que nos resguardó del viento y nos permitió almorzar algo y reposar un poco. Aquí también descubrimos las consecuencias de pararse mucho con un tiempo tan frio, calambres y tirones recorrian mis piernas, provocandome un pequeño susto, pues me hayaba a mitada de la ruta y 9 km. de cualquier salida de la ruta, finalmente tras conseguir recuperarme, continuamos la marcha hacia la peña de los enamorados, que pasamos de largo, pues el viento arreciaba, la niebla permanecia y no merecía la pena el esfuerzo por la falta de visibilidad.





Poco a poco nos fuimos alejando y perdiendo altura, la nieve comenzó a desaparecer cambiando de nuevo por pinsapos, cambiando el colorido de blanco a verde y dejando por fin las nubes sobre nuestras cabezas pudimos disfrutar de algunas vistas, pues entre las nubes se podíaver la costa, y algunos pueblos, así continuamos nuestro descenso de nuevo entre pinsapos majestuosos, y así disfrutando del maravilloso entorno y tras ocho horas de camino llegamos de nuevo, al mirador de Luis Ceballos, desde donde volvimos al camping para reponer electrolitos y fuerzas debidamente, además de calentarnos en la chimenea que tan amablemente nos prepararon el el bar del camping.






Es una ruta muy agradable, aunque algo exigente y que requiere ir bien preparado en todos los aspectos, pues a pesar de las indicaciones puedes perderte, por eso es imprescible llevar mapa y si es posible gps. Si os interesa y quereís hacer esta maravillosa ruta, este es el track que seguimos









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